La abrasión es producida al rozarse la piel con algo áspero y rasposo provocando así una herida. También puede producirse este tipo de herida cuando una persona cae al suelo y su propio movimiento desplaza la piel arañándola contra el suelo.
Asimismo, la abrasión suele infectarse debido a que puede entrar en contacto con gérmenes. La herida puede supurar y es dolorosa, además la zona puede inflamarse debido a la infección de la abrasión.
Si la herida es pequeña no es necesario realizar apenas ningún tratamiento, tan sólo limpiando la zona será suficiente. Es importante que la herida esté en contacto con el aire para su rápida curación. Cuando la costra aparezca, tan sólo hay que esperar a que esta se caiga sola.
Si la herida es mayor, la presencia de un sanitario será fundamental ya que la herida deberá ser limpiada con una gasa para retirar el pus que pueda tener y posteriormente se limpiará la herida con agua oxigenada para evitar la presencia de gérmenes en la abrasión.
Para que la herida no vuelva a infectarse, la abrasión debe ir cubierta con una venda o gasa que deberá cambiarse diariamente consiguiendo la sanación de la lesión.
Las curas, sobre todo en el momento de la limpieza, suelen ser dolorosas por lo que el paciente puede tomar algún analgésico que suavice la sensación de dolor.
Para que la herida pueda curarse por completo es importante que no se practique deporte, sobre todo si la herida se encuentra en las extremidades, ya que la incipiente costra puede rajarse hacienda que la curación de la abrasión sea mucho más lenta. Si la abrasión se ha producido en la córnea, la herida puede curarse sola rápidamente o con ayuda de antibióticos si la abrasión es mayor.
Lun – Vie
08:00 – 18:00
Sábados
09:00 – 13:00
Hemos ayudado a cientos de pacientes a sanar sus heridas, pacientes que la única opción era la amputación, hoy gracias a nuestros tratamientos y su confianza en nosotros, salvaron su extremidad.